Pinochetismo sin Pinochet.
Para mí, el tema de la dictadura no es un tema del pasado. Es cierto, hace 18 años que Augusto Pinochet dejó el cargo de presidente, sin embargo durante estos años hemos estado viviendo bajo el alero, no sólo de las reformas constitucionales dirigidas por él, sino que también "comandados" por la generación de altos oficiales que creció al amparo del gobierno de Pinochet. Si a esto agregamos: las instituciones de oficiales en retiro, la mayoría de la clase política perteneciente a la derecha, un número significativo de empresarios, los más influyentes medios de comunicación y un número nada despreciable de autoridades eclesiásticas, podemos concluir que la democracia y sus ideales en Chile son más bien precarios.
Navegando por internet encontré un artículo en www.clarinet.cl, el cual nombraba algunos aportes de la dictadura, aquellos con mayores consecuencias y repercusiones que nos asechan hasta el día de hoy.
"Privatización:
La privatización, fue el pilar fundamental del "plan reconstructor", por medio del cual, Pinochet realizó escandalosas licitaciones regalando las principales industrias del país. La conformación de los actuales grupos económicos que se reparten enormes fortunas en base al patrimonio de todos los chilenos, la enorme concentración económica y la enorme desigualdad social son directo fruto de ese fraudulento y delincuencial proceso. La Cámara de Diputados realizó una profunda investigación sobre el tema, concluyendo en miles de irregularidades, fraudes y delitos, ninguno de los cuales podrá ser investigado por la justicia, gracias a leyes de amarre dejadas por Pinochet.
Plan Laboral:
Por decreto, bajo condiciones de represión aguda y sin sindicatos funcionando, se les quitaron a los trabajadores todos sus derechos adquiridos en décadas de luchas y movilizaciones. Se impidió la negociación colectiva, se restringió el derecho a huelga y se legalizó la contratación de krumiros. Se legalizó la subcontratación y se impuso una definición de empresa que hasta hoy no ha podido ser reformada. Durante la dictadura prácticamente dejó de funcionar la Dirección del Trabajo y los tribunales especiales, convirtiéndose el mercado laboral en una selva donde leones y tigres se comían cómo y cuando querían a sus asalariados. A pesar de las reformas y avances, las cosas aún no han cambiado sustancialmente y los empresarios reclaman mayor "flexibilidad laboral".
Asalto a la previsión
La creación de las AFP, en manos privadas, y sujetas a la "libre competencia del mercado", lejos de ser un avance fue un claro retroceso en los derechos de los trabajadores. No hay mucho más que decir, hoy está absolutamente colapsado el sistema y el Gobierno se apresta a enviar una reforma total que, obviamente, será duramente resistida por la derecha, representante del empresariado y los poderes fácticos.
Salud para ricos
El desmantelamiento casi total del sistema público de salud, que era uno de los más avanzados del mundo y su reemplazo por las Isapres, en manos de los mismos privados de siempre, agudizó a extremos inconcebibles la brecha entre ricos y pobres. Los gobiernos en democracia han tenido que invertir enormes cantidades para rescatar y reconstruir el sistema público, pero la brecha aún es grande.
Educación para ricos
Desmantelamiento del sistema de educación pública. Municipalización. Se convierte la enseñanza en mercancía. Buena educación para los ricos, paupérrima para las grandes mayorías nacionales. No hay mucho que agregar, la revolución estudiantil y sus consecuencias, los proyectos de rehacer todo el sistema, hablan por sí solos.
Florecimiento de universidades privadas
Más de lo mismo. Descontrol total por parte del Estado creó una pléyade de establecimiento de dudosa categoría académica. La crisis del sistema es creciente y la necesidad de reformas, aguda.
Apertura económica al mundo. Rebaja arancelaria
Este tema se ha planteado como el pilar fundamental de las reformas de la tiranía, que explicaría el auge económico de hoy en día. Sin embargo, pocos parecen recordar que Chile abrió sus fronteras unilateralmente, sin convenios de reciprocidad, en forma brutal y desequilibrada, provocando miles de quiebras, cesantía de más del 25% de la fuerza laboral, y una crisis casi terminal de las MYPIMES que dura hasta hoy. El Estado chileno perdió miles de millones de dólares en impuestos, traspasados a los importadores, bancos y especuladores, todos ellos hoy convertidos en poderosos conglomerados económicos.
Aislamiento internacional
Ese proceso se dio, además, en el contexto de un riguroso aislamiento y repudio del mundo civilizado ante la barbarie pinochetista que no podía ocultarse. Prácticamente todos los países de Europa prohibieron las importaciones chilenas y junto al régimen blanco de Sudáfrica nos convertimos en país más boicoteado del orbe. Solo con el retorno de la democracia el país volvió al concierto mundial y recompuso las relaciones con el mundo. Todos los tratados, más o menos recíprocos de comercio han sido firmados por presidentes de la Concertación.
Impulso a la inversión extranjera
Otra estafa enorme al erario nacional. Leyes impositivas extraordinariamente ventajosas para las empresas internacionales. Desnacionalización de la gran minería. Solo CODELCO y ENAP resistieron a la privatización por desacuerdo con los sectores más ultranacionalistas de las propias fuerzas armadas. Recién hoy, y con el momiaje peleando como gatos de espalda, se logró implantar un raquítico royalty a empresas que simplemente se llevaban las riquezas sin tributar ni un centavo.
Deterioro total de la infraestructura y el medio ambiente
Si vamos a hablar de estadista, convengamos que Pinochito no alcanza a calificar ni remotamente en esa categoría. Se dedicó durante toda su administración, además de robar a manos llenas para su peculio personal, a traspasar recursos de todos los chilenos a las angurrientas manos del empresariado, sin hacer ninguna inversión en infraestructura, lo que incluso hipotecó el crecimiento económico y las exportaciones. Los gobiernos de la democracia han debido invertir millones y millones de dólares en reconstruir caminos, puertos, aeropuertos, pasos fronterizos, calles de las ciudades, edificios públicos esenciales, sin hablar de hospitales, escuelas, postas, etc. El estado de deterioro ambiental y de infraestructura que nos dejó la dictadura aún no se termina de resolver.
Carrera armamentista
Basados en los problemas limítrofes, creados por ellos mismos y su absoluta falta de diplomacia, además de las necesidades de represión interna, hicieron que el gasto militar chileno subiera a cifras absolutamente delirantes. Miles de millones de dólares fueron gastadas en armamentos (suculentas coimas de por medio). Lo peor es que fueron mal gastadas, compras de tarros viejos y a la desesperada, también producto de los embargos y el boicot internacional. El aumento desmesurado de los sueldos de la oficialidad (los suches solo recibieron migajas) y un sistema previsional de elite que colapsará en pocos años más, ponen la guinda a la torta a este derroche. Aún está vigente la Ley Reservada del Cobre que entrega el 10 por ciento de las ventas de Codelco a las FFAA. En resumen, la actual modernización del armamento chileno, con la cual discrepamos profundamente, ha sido hecho en democracia y se debió al gran deterioro y antigüedad de los equipamientos, herencia de la dictadura.
Para no olvidar y para que no nos sigan metiendo el dedo en la boca con la monserga de que "al menos algo bueno hizo Pinochet"."
Luego de haber leído el artículo, es evidente que los gobiernos de la concertación no han eliminado las políticas de la dictadura, por el contrario, solo han perpetuado un sistema impuesto con sangre e injusticia.